Después de un día de “descanso”, emprendí a las 4 de la madrugada el camino a Santa Fe, lugar donde tomaría el camión que me llevaría al aeropuerto de Toluca de donde partiría el avión a Monterrey… rumbo a mi primer concierto de Placebo (de este año). A la sala de espera de Volaris llegaron los integrantes de Satin Dolls y su equipo. Los cuates llegaron en actitud de “no nos reconozcan, por favor, sabemos que somos conocidos, pero por favor… nada de autógrafos”. Bajo otras circunstancias los hubiera saludado y animado para el concierto de esa noche, pero para qué echarle más leña al fuego. Logré ver entre las hojas que tenía en la mano uno de los chavos que se sentó frente a mí, que cantarían 7 canciones, o por lo menos esas eran las que el setlist tenía escritas con anotaciones personales de alguno de la banda o del equipo. Una vez en el avión los perdí de vista. El vuelo fue muy breve (una hora y media) y a las 8:30 a.m. ya estaba pisando suelo regio. Tomé un (carísisisisisimo) taxi a Apodaca, donde recogería mi boleto de entrada al concierto. Esperé a que Silvia, mi querida Chivi_Cure, llegara y me diera el pase tan ansiado. Fuimos a comprar algo para desayunar, y como me había comido una empanada de calabaza que había comprado a una señora que ofrecía sus productos de puerta en puerta ahí en Apodaca, sólo pedí un sándwich que planeaba comerme a medio día. De ahí tomé un taxi a
Escuchar a los Satin Dolls no fue tan malo. Lo gacho fue lo mal ecualizados que estaban y lo mal que se escuchaba la voz tan poco aprovechada de Karen (la vocalista). Lo chido fue ver su entrega y su seguridad a pesar de tener un público adverso. Ellos comenzaron a las 9 en punto y en cosa de 40 minutos estaban terminando con un “Gracias por la oportunidad”, que me pareció muy dulce.
El cambio de instrumentos fue rapidísimo y a las 10 de la noche sonaron los primeros acordes de Infra-red, canción que ha marcado momentos placebos maravillosos y que desde un inicio fue de mis favoritas de Meds.
Vi que todo mundo tenía sus cámaras muy a la orden, así que me animé a preguntarle a los de seguridad si se podían tomar fotografías, a lo que me respondieron que “fotos sí, video no”, con toda la tranquilidad del mundo saqué mi cámara y comencé a enfocar y a hacer pruebas con diferentes modos de la cámara y toda la cosa… las fotos me iban saliendo más y más chidas… mientras esperaba el momento en que Molko se acercara lo más posible para sacarle una súper foto cuando de repente pasó frente a mí “Moby”, un monito del equipo de Placebo. Él me miró con ojos de “teasamorirméndigavieja” y en cosa de segundos ya había un cuate con walkie talkie al lado mío indagando el paradero de la cámara. Nadie cantó afortunadamente. Pero los de seguridad no se movieron de ahí… para mi mala suerte. Con movimientos dignos de prestidigitadora, saqué la memoria de la cámara… dije “si se han de llevar la cámara… las fotos no se las llevan”. La neta es que me malviajé pensando qué diría si me increpaban directamente sobre la cámara… pero no pasó a mayores… espero que el monito este olvide mi cara, para futuros conciertos. Pero eso sí, había sacado al menos una foto que para mí, ya valía la pena… ¡Molko en mi cámara digital! ¡Directo de su carita para mi lente!
En fin, enfocándome en Molko, todo era maravilloso. Se veía espectacular y cantó tan hermoso como él sabe hacerlo. El setlist fue idéntico al de el 31 de octubre, pero a mí no me importó… yo lo escucharía así por tiempo indefinido. Eso sí, creo que me andan debiendo “This picture”… ¿cómo sacan esa rola así nomás porque sí? Además… ¿cómo no incuir “Post blue”? ¿qué… la tienen vetada en México? ¿no les costaría mucho incluir Allergic… o sí? En fin… lo que tocaron lo tocaron espectacularmente… ¡pues es Placebo! Los puntos más altos fueron según yo: Infra-red, Drag, Space Monkey, Bionic, Every me every you, Blind, Special needs, The bitter end, Running up that hill, Taste in men y 20 years.
Stefan es un rey del scenario, Steve es la bomba en la batería, y Molko, ¡qué decir! ¡llena todo el escenario!
Me debía una primera fila, y la tuve.
Me debía poder disfrutar “Drag” a todo lo que daba, y lo logré.
Me debía una experiencia placeba fuera del D.F., y la encontré.
Me debía toda esa felicidad provocada por la música de estos tres tipos, y la encontré resurgida.
6 comentarios:
Era un día de fiestas caídas en las calles todos parecían que el cubo no era tan real, e impactante, solo merecía una condición de adicciones pormenorizadas al estado mental en decadencia con el nuevo siglo… Termina otra tarde con acordes y un sonido irreal que lograba cautivar. En fin perdona si resulte un poco altanero, pero en verdad leer tu aventura placebistica me dejo ese sabor en boca: como quisiera estar ahí.
Muchas gracias por su vista y comentario.
Saludos gratos
Tal como lo dices: Te debias toda esa alegría, y seguro que despues de ochenta años te seguiras acordando de todo esto... Ojalá Brian Molko supiera cuanto lo adoras mujer!
Que tu placeba vida permanezca por siempre y te siga dando taaaaanta felicidad!
Un abrazo!
yo aun recuerdo mi primer concierto como su fuera ayer...
era de mmmm eee bueno pero estubo cool...
becho¡¡¡
Muy grata experiencia placeba, todo un lujo estar en primera fila y conseguir esas fotos. Que bien que lo lograste.
Realmente me da envidia tu experiencia Placebesca. Saludos!
Mariana,
Respondiendo a tu pregunta sobre The Brave, mi respuesta es NO... yo no podría renunciar a vivir... y me parece tan incierto lo que podría ocurrir si yo faltara que no pienso que el dinero por muy escaso, les trajera mayor tranquilidad que el tenerme...
Aunque siendo la única dirijida po JD me pareció en eses caso justificada e intensa...
Un abrazo very brave!
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