
Jamás pensé que me sentiría así después de un concierto de Andrés Calamaro. Debo decir que estoy cautivada por su vibra en el escenario y que su música me dotó de una alegría especial a partir de ayer y que me motiva a seguir buscando sus rolas y transportarme a ese momento chido de su concierto en el Auditorio Nacional, en lunes... ¡a reventar!
[Gaby fue la culpable de que el boleto llegara a mí (¡Gracias Gaby!)] Llegué al concierto más por una serie de coincidencias afortunadas que por andar buscando un boleto, de hecho no iba a ir, pero ayer mismo se dió todo para finalmente estar en uno de los 10,000 lugares que se llenaron de rock argentino.
Con Calamaro había tenido una relación de amor/odio que no acababa de definir. Después de escucharlo en vivo, ya no hay odio. Fueron dos horas de rock y tango y rock clásico, de rolas sencillas llenas de calidez... historias e historias y sencillez hecha rolitas ricas.
Todo el comienzo del concierto fue vibrar con rolas nuevas para mí... fue sentir unas lágrimas recorrer mis mejillas por una emoción que yo misma no estaba comprendiendo, fue saber que sonreía como tonta... fue tener la certeza de que estaba viviendo un momento que recordaría de ahí pal'real.
Cuando llegué al concierto comencé a ver a las y los asistentes al toquín y pensé "es el público más fresa con el que me haya tocado compartir un auditorio", y sí, había una cantidad tremenda de gente nice que estaba ahí con su look de clon de Andrés Calamaro o de rockero argentino wanna be, pero debo decir que como público, como fans... han sido de lo mejor que he visto... una entrega excepcional y un amor rotundo a su ídolo, a su Andrés, olé-olé-olé... Durante todo el concierto se pudieron escuchar los cantos de la gente... y ese amor ciego a Calamaro.
Poco a poco las canciones que yo conocía (o reconocía) fueron llegando, aunque en realidad no eran indispensables, ya estaba prendida de por si... pero llegaron y me permitieron otras emociones, todas muy intensas y alegres... mis momentos cumbre fueron cuando descubrí que Te quiero igual, Elvis está vivo y Me arde me hacían sentir cosquillas por dentro y por fuera... y sobre todo cuando tocó Todo lo demás... y me rendí... me rendíiii... la amé más que nunca... la amé para siempre. Flaca y Sin documentos fueron los highligts generales de la noche, pero para mí... Todo lo demás... Y no encuentro un video ligeramente bueno de Todo lo demás... así que les comparto Me arde... como una muestra sencilla de la discreta belleza de la música de anoche...
Creo que tengo que editar este post... pero no podía dejar pasar el tiempo sin compartir mi experiencia Calamariana.